Alberto Fernández dio marcha atrás, con un llamado telefónico al presidente de YPF, su amigo Guillermo Nielsen, la suba del 5% en combustibles que estaba planeada para este domingo a la noche.
Nielsen proponía subir 10% y el Presidente le habría dicho que sólo aceptaría la mitad. Este domingo cambió de opinión tras evaluar el impacto que tendría la medida en el marco del congelamiento de aumentos de los servicios públicos previsto para los próximos 180 días.
“Si lo pueden aclarar lo voy a agradecer”, pidió el Presidente a su círculo íntimo tras la conversación con Nielsen, a quien le indicó que no se aumenten las naftas “por ahora”.
Este domingo por la mañana, la compañía había anunciado un incremento del 5% que representaría un aporte de 0,2% de la inflación de enero, de acuerdo con la ponderación del Índice de Precios al Consumidor elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
Con la suspensión del aumento, el litro de la nafta Infinia (la premium de la empresa) quedaría en $61,64 en la mayoría de las estaciones de servicio de la Ciudad de Buenos Aires, la Súper en $ 53,34, la Infinia Diesel en $58,84 y la Diesel 500 en $49,94.
Se esperaba que esta primera suba fuera una clara señal a los inversores en Vaca Muerta que su política no será la del congelamiento sino todo lo contrario: la idea es ir convergiendo gradualmente a valores internacionales.