La Selección no puede imponer su juego, los europeos dominaron las dos pinturas y se llevaron un triunfo inobjetable: 95-75.
La Selección Argentina de básquetbol cayó ante España por 95-75 en la final del Mundial de básquetbol que se celebró en China.
El conjunto nacional no pudo repetir las actuaciones que venía teniendo y se encontró contra un rival superior, que marcó las pautas del partido y se llevó un triunfo inobjetable.
España confirmó su favoritismo en la previa y fue superior en la final. Se impuso claramente en las dos pinturas, dominó los rebotes y le impidió a la Argentina imponer su ritmo.
El plan para detener a Luis Scola funcionó a la perfección: la estrella argentina no sumó y recién logró una canasta en el último cuarto, con una desventaja de 59-76. Y Facundo Campazzo tampoco tuvo su día. Y en el básquetbol, a diferencia de otros deportes, es imposible ganar jugando mal. Por el contrario, en España hubo varios puntos altos: Ricky Rubio (anotó 20 puntos y fue elegido MVP), Marc Gasol y Rudy Fernández, el podio.
El conjunto nacional tampoco encontró respuestas desde afuera. La final se fue transformando en una misión imposible porque los de Hernández no hallaron nunca un oasis que les habilitara una ilusión.
Apenas en el último cuarto, en un rapto de inspiración y con España en una leve meseta, la desventaja se redujo a 12 puntos. España gobernó el juego y también el aspecto emocional. Y fue un vencedor claro y merecido.