El ex secretario de Salud de la Nación Adolfo Rubinstein habló este lunes sobre su renuncia tras la polémica que generó el protocolo de Interrupción Legal del Embarazo (ILE).
En declaraciones a Radio “Con Vos”, el ex funcionario rompió el silencio y dejó claro que “no se mandó solo”: “Obviamente que yo había hablado con muchos funcionarios de que esto iba a salir. Habíamos acordado de que era difícil de que salga antes de las elecciones. Mi posición era absolutamente clara al respecto: había que formalizar eso que era un documento, había que darle entidad jurídica”, contó
“Esto era competencia exclusiva de la Secretaría de Gobierno de Salud y no tengo que dar parte ni dar intervención a ninguna otra dependencia gubernamental porque se trata de un protocolo de actuación para los médicos y los equipos de salud. Esto no cambia con respecto de lo que había en el 2015. No amplía ningún derecho”, analizó Rubinstein..
Además, dijo no estar arrepentido y que le sorprendió “la enorme repercusión política que tuvo”: “La verdad que no lo anticipaba. Me pareció que era algo que sí iba a tener repercusión mediática y social, pero no pensé que tanta repercusión política”, estimó. Dijo que su accionar fue en línea a los que asumió hace dos años como ministro: “La política de salud pública en cuanto a protección de los derechos sexuales y reproductivos”, aseguró.
El exministro dijo ya había dejado claro su parecer en el debate sobre la legalización del aborto el año pasado: “Creo que traté de tener la voz de la salud pública, más allá de que hasta el momento había sido un debate por la ampliación del derecho de las mujeres y un debate que atravesaba creencias y actitudes. Me parece que lo que faltaba era cuáles eran las implicancias del aborto no seguro y cómo impactaba eso en el ambiente social, donde las mujeres más pobres no tenían acceso a un aborto seguro y las chicas más ricas sí. Lo dijo ya Favaloro hace 25 años. Esto había que ponerlo blanco sobre negro y fue lo que yo traté de darles: evidencia, data, información de lo que pasaba en los demás países del mundo”, afirmó.
Y continuó. “Lo que había antes era solamente un documento colgado en la Web que no tenía ningún valor jurídico, ninguna entidad normativa. Eso tenía que ver con la heterogeneidad de las respuestas de las provincias, donde había provincias que lo cumplían y otras que no; otras que decían que sí lo cumplían; médicos y equipos de salud que estaban indefensos ante los procedimientos que tenían que hacer; jueces que se metían… en fin”.
“Lo que la ley decía, lo que el protocolo había refrendado, lo que era materia de consenso y que no estaba en discusión, sin embargo generaba problemas resonantes. Esto es una guía de actuación para los médicos y los equipos de salud, no es otra cosa. Lo que se les da es certezas de cómo tienen que proceder frente a los casos que está exceptuado en el código penal el aborto, donde se puede interrumpir legalmente el embarazo.