El Presidente adelantó en su gira por Europa que enviará al Congreso un proyecto para despenalizar la interrupción voluntaria del embarazo. Como respuesta, la cúpula de la Iglesia católica convocó para el próximo 8 de marzo una misa “por la protección a la vida” en la Basílica de Luján.
El presidente Alberto Fernández confirmó en una conferencia en París, que enviará un proyecto de ley “que termine con la penalización del aborto y que permita la atención de cualquier aborto en los centros de salud pública”. Casi de inmediato, la cúpula de la Iglesia católica convocó para el próximo 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, a una misa “por la protección a la vida” en la Basílica de Luján.
En ceremonia, la Iglesia ratificará su posición contra el aborto y se pedirá “por la protección de la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural”, bajo el lema “Sí a las mujeres. Sí a la vida”.
Por su parte, Fernández en el cierre de su gira europea en Francia, y ante los alumnos del Instituto de Estudios Políticos de París (Scienses PO París), reafirmó su postura de impulsar la despenalización en Argentina y admitió que “no vivo en paz con mi consciencia si una mujer termina en manos de un curandero y con una aguja la termina lastimando o matando”.
“En la Argentina el aborto es un delito. Es un extraño delito donde casi nunca se condena a ninguna mujer por aborto pero todos sabemos que existe. ¿Cuál es el problema de que exista? Que todo aborto se vuelve clandestino y en la clandestinidad el riesgo de vida y de salud de la mujer aumenta”, contó
Asimismo, expresó que “el problema es más agudo de acuerdo a la clase social de quién practica el aborto. Si es de clase alta, lo hará en un centro de salud adecuado, en condiciones adecuadas y el certificado médico dirá que tuvo una aborto espontáneo y su salud estará garantizada”.
“Una mujer sin recursos toda su vida corre peligro. Y si zafa su vida, corre el riesgo de sufrir lesiones internas. Es parte de la discusión hipócrita que se tuvo con el divorcio, durante años discutimos si se podía volver a casar”, manifestó Fernández, quien trazó una analogía con una vivencia personal junto a su madre y su nueva pareja: “Salió la ley, mi mamá y Carlos se casaron y los tres hijos fuimos testigos. ¿Para qué discutimos durante 20 años esto? Yo siento que con el aborto pasa algo parecido. Hay quien siente que legalizar el aborto lo vuelve obligatorio. No es obligatorio para nadie. Es un tema que debemos resolver desde el mundo de la salud pública. No podemos poner en riesgo la salud de la mujer que decide abortar”.
Cabe recordar que fue el 17 de noviembre de 2019, antes de asumir, Fernández brindó una entrevista en la cual confirmó que enviaría un proyecto de ley para legalizar el aborto en caso de resultar electo. “Quisiera que el debate no sea una disputa entre progresistas y conservadores, entre revolucionarios y retrógrados, es un problema de salud pública que debemos resolver y hay que asumirlo así”, dijo aquel entonces.
“Debemos respetar tanto a la mujer que siente que es un derecho sobre su cuerpo como a la mujer que siente que Dios no le permite hacerlo. Y cuando uno despenaliza y legaliza el aborto no lo hace obligatorio. Por lo tanto, el que sigue teniendo la convicción de que Dios no lo permite que no lo haga. Y respetémoslo. Y respetemos a los otros”, señaló en diálogo con Página 12.