La ministra de Salud, Carla Vizzotti, anunció que la Administración Nacional de Medicamentos y Tecnología Médica (Anmat) recomendó a la cartera a su cargo autorizar el uso de emergencia de la vacuna Sinopharm contra el coronavirus en el grupo de mayores de 60 años.
De esta forma, la vacuna provista por el Beijing Institute of Biological Products, podrá utilizarse en nuestro país para avanzar en la inmunización de este grupo de riesgo.
La Anmat indicó que “la seguridad analizada en el ensayo de Fase III entre el grupo de vacunados y el grupo placebo, resulta con un perfil aceptable y hasta el momento del análisis no hubo eventos adversos inesperados o graves relacionados al producto”.
La inmunogenicidad correspondiente al grupo etario de mayores de 60 años presenta una cantidad de anticuerpos neutralizantes compatible con el de menores de 59 años.
De acuerdo con el cronograma de vacunación de la cartera sanitaria, el total de adultos que son mayores de 60 años o viven en geriátricos asciende aproximadamente a 7.375.000, y ocupan el tercer lugar de prioridad detrás de los mayores de 70 años y el personal de establecimientos de salud público y privado, que suman cerca de 763 mil trabajadores.
Según el análisis interino, la eficacia de la vacuna Sinopharm determinada en el ensayo clínico en el que participaron 25.730 voluntarios es 78,89%.
La ministra Vizzotti comunicó la recomendación de la Anmat en el marco de la reunión de la Comisión Nacional de Inmunizaciones, que integran expertos, sociedades científicas, diputados nacionales y representantes de agencias nacionales e internacionales.
La vacuna china Sinopharm fue autorizada con carácter de emergencia por el Ministerio de Salud argentino en febrero pasado, pero aún quedaba pendiente en ese momento la autorización para inocular a mayores de 60 años.
Se trata de una vacuna del tipo “inactivada” ya que contiene una versión del virus alterada genéticamente, lo que le impide reproducirse y desarrollar la enfermedad pero genera una respuesta inmune en el organismo, y tiene la ventaja de que requiere menos fríos que otras.
La vacuna requiere de dos dosis que deben aplicarse con 21 a 28 días de diferencia y puede transportarse y almacenarse a una temperatura de entre 2 y 8° grados, lo que facilita la logística de distribución y resulta una ventaja frente a otras como la de Pfizer, que requiere una refrigeración de -70 grados.
“Es una vacuna a virus inactivado, lo que la hace una vacuna muy tradicional, muy segura como lo son las vacunas de la Polio (Salk), de la Hepatitis A o de la rabia”, explicó Pedro Cahn, miembro del comité asesor de la Presidencia durante la pandemia y director científico de la Fundación Huésped, quien coordinó los ensayos clínicos de Fase III de la Sinopharm en la Argentina.
Argentina es uno de los países que inició esas pruebas en agosto del año pasado a cargo de la Fundación Huésped en los centros Vacunar, con la participación de más de 3.000 voluntarios.
A principios de marzo el Gobierno nacional distribuyó 406.800 dosis de la vacuna fabricada en China en todo el país para que docentes, personal de salud y personas de entre 18 y 59 años con condiciones de riesgo pudieran recibir la primera dosis.
La firma entre el Gobierno nacional y la Corporación Grupo Farmacéutico Nacional Chino en marzo pasado para la llegada de 3 millones de dosis de la vacuna Sinopharm, se sumó a los acuerdos ya concretados con el centro Gamaleya que desarrolló la Sputnik V, y con el laboratorio AstraZeneca y la Universidad de Oxford.
También llegaron desde la India 580.000 dosis -de un total de 1.160.000- de la vacuna registrada bajo el nombre de Covishield desarrolladas por el Instituto Serum gracias a la transferencia de tecnología de AstraZeneca y Oxford.
Además, está previsto que la Argentina reciba hasta mayo próximo 1.944.000 dosis de la vacuna contra el coronavirus desarrollada por AstraZeneca-Oxford como parte de la iniciativa Covax de la Organización Mundial de la Salud, que garantiza un acceso global equitativo a esos medicamentos.
La Sputnik V, a diferencia de Sinopharm, utiliza una plataforma (o tecnología) llamada de “vectores no replicantes”.
Los vectores son virus que se modifican genéticamente para que no tengan capacidad de reproducirse en el organismo (y por tanto inocuos) y se usan para transportar material genético del virus del que se quiere inmunizar.
Con respecto a la vacuna de AstraZeneca, el Gobierno nacional firmó un acuerdo para la provisión de 22 millones de dosis.
Por otro lado, la vacuna de Oxford (ChAdOx1 nCoV-19) está hecha de una versión debilitada de un virus del resfrío común (adenovirus), modificado genéticamente de manera que es imposible que crezca en los seres humanos y es producida por el laboratorio mAbxience en Argentina.
Desde diciembre, Aerolíneas Argentinas en los 8 vuelos completados hasta el momento hacia y desde la Federación Rusa se trajeron un total de 3.299.000 dosis de Sputnik V.
En tanto, el noveno vuelo de Aerolíneas Argentinas con una nueva partida de dosis de Sputnik V arribará este viernes a la Argentina.
Hasta el momento en el país fueron inoculadas 3.446.433 personas, de las cuales 2.800.242 recibieron una sola dosis y 646.191 dos, mientras que se distribuyeron en todo el país 4.197.945.