El aparato desarrollado en el país puede reemplazar a los respiradores mecánicos y ayudar a liberar camas de hospitales en medio de la segunda ola de COVID.
Un casco creado en Argentina reduce la ocupación de las terapias intensivas y es una herramienta clave para evitar el colapso del sistema sanitario en medio de la segunda ola de COVID-19. El aparato, que fue desarrollado en el país, puede reemplazar a los respiradores mecánicos a la hora de tratar a los infectados y así ayudar a liberar camas de hospitales en pleno rebrote de la enfermedad.
Según explicaron los especialistas, se trata de un casco de ventilación elaborado para personas contagiadas con coronavirus que desarrollen un cuadro grave de la enfermedad y necesiten asistencia para respirar. Funciona con un sistema de ventilación no invasiva y es utilizado en más de 500 hospitales y clínicas de todo el país, ya que permiten evitar entre 50% y 70% de los entubamientos.
La tecnología fue aprobada por la ANMAT y elaborada por la empresa Ecleris, especializada en equipamiento médico, en colaboración con equipos médicos de los hospitales Fernández (CABA) y Zonal General de Agudos.
En este sentido, se precisó que ya se fabricaron 2.500 dispositivos que, al ser reutilizables, permiten seguir salvando vidas, cuando la persona se recupera, por lo que más de 9.000 pacientes ya recibieron tratamiento con este método.
“Los cascos son similares a una escafandra, transparentes, y permiten inyectar el oxígeno con una presión superior, lo que genera un efecto benéfico en los alvéolos pulmonares, que en muchos casos colapsan por el efecto del COVID-19. Además, evitan la dispersión del virus a través del aire expirado por el paciente, ya que cuentan con un filtro viral y bacteriológico. Con otros sistemas de oxigenación esa dispersión existe, y es causa de muchos casos de enfermedad en médicos y enfermeros”, explicó Marcos Ledesma, médico y uno de los fundadores de la compañía que desarrolló el equipamiento.
En tanto, afirmaron que el costo de los cascos y sus descartables por paciente es muy bajo (cuesta aproximadamente 90 mil pesos, veces menos que un respirador) comparado con el costo de los respiradores y del material que se utiliza diariamente en un paciente en terapia intensiva intubado.
En esa línea, detallaron que el equipo está compuesto por dos piezas. La primera parte, que se coloca sobre el paciente, es un aro con un cuello de silicona que se corta de acuerdo al tamaño del cuello del paciente y sella el casco al cuello y tórax del individuo. Esta primera pieza tiene las conexiones de entrada y salida de oxígeno y aire. Sobre esta primera pieza se coloca el casco propiamente dicho, una burbuja de vinilo que cubre la cabeza del paciente y lo mantiene completamente aislado del entorno, evitando a su vez que él sea agente de contaminación.
El casco se puede conectar a la línea de oxígeno y aire que se encuentran en las cabeceras de las camas de internación. En caso de necesidad, también pueden conectarse a tubos de oxígeno móviles, para su uso en hospitales de campaña. Además de la entrada de aire/oxígeno, el casco tiene una salida para el aire espirado por el paciente con un filtro viral/bacteriano, que hace que el aire que elimina no contamine el ambiente, preservando al personal sanitario de posible contagio.
“Fueron tres meses de trabajo muy intenso hasta lograr que los cascos estén desarrollados y en producción, con certificado aprobatorio de la ANMAT, la máxima autoridad sanitaria del país. Después de haber hecho experiencia clínica en el Fernández empezamos a recibir llamados de entidades públicas y privadas por los procesos de adquisición. En la Argentina, estamos en el momento crítico donde se pueden comprometer la cantidad de camas de terapia intensiva y este equipo puede aliviar el flujo de pacientes que las necesitan”, concluyó Ledesma.
La empresa aclaró que la mitad de los componentes son importados, como el filtro que impide la contaminación del ambiente con el aire que exhala un paciente con COVID-19 y la válvula para aumentar la presión de oxigenación de los pulmones.
Fuente: 0221.com.ar