Esta semana, dos sectores en tensión que cruzan transversalmente al conglomerado opositor quedaron en evidencia cuando la fundadora de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, recibió en su quinta de la localidad bonaerense de Exaltación de la Cruz a los representantes del ala “moderada”: el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta; su vicejefe, Diego Santilli, y la ex gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal.
Casi a la misma hora, el expresidente Mauricio Macri se mostraba en sus oficinas de Olivos junto a la presidenta del partido PRO, Patricia Bullrich, figura central de la vertiente “dura” junto al propio Macri, y juntos recibían a los líderes del PRO de la provincia de Salta para avanzar en el armado electoral en esa provincia.
Hace rato que Macri no es parte del círculo cercano de Carrió, mientras la relación de la referente de la Coalición Cívica con Rodríguez Larreta y Vidal pasa por su mejor momento, con quienes comparte reuniones -presenciales o virtuales- regularmente, en un plazo habitual de 15 días, según explicaron a Télam fuentes de uno y otro sector.
“Hablaron de la pandemia, analizaron la coyuntura, remarcaron la importancia de la unidad de JxC y mostraron decisión de poner el cuerpo”, informaron los voceros de la reunión, con almuerzo incluido, que se realizó en Exaltación de la Cruz, de la que también formaron parte el titular de la Coalición Cívica, el diputado Maximiliano Ferraro (CC-Buenos Aires), y la presidenta de la asamblea del partido, Maricel Etchecoin.
Además de jugar fuerte para que sus alfiles ocupen lugares en las listas, Carrió tiene otro tema que la ocupa: la crucial candidatura en la provincia de Buenos Aires para estos comicios legislativos de medio término, y quizás esa preocupación, compartida por Macri, sea por estos días el único punto de encuentro entre ellos.
Con ese tema en mente, el expresidente retomó en las últimas semanas el vínculo con Vidal tras distancia autoimpuesta tras la derrota en las urnas de 2019.Almuerzos sociales, reuniones y llamadas forman parte del acercamiento, según confirmaron fuentes de PRO.
Mientras prepara un viaje a Córdoba para la semana próxima, donde presentará su libro “Primer Tiempo”, y tras volver de Estados Unidos y recibir en una farmacia de Miami la vacuna contra el coronavirus, lo que generó críticas incluso desde la propia coalición JxC, Macri intensificó los contactos con varios líderes de ese espacio.
En esas reuniones y contactos telefónicos, el expresidente reservó un lugar especial para Vidal, a quien recibió el último fin de semana en su casa: Vidal llegó acompañada por su pareja, el periodista deportivo Enrique Sacco, Macri estaba con su esposa, Juliana Awada.
Un par de semanas antes, Macri y Vidal se habían reunido a solas para analizar las alternativas de JxC en este año electoral.
En ese primer encuentro, Vidal le repitió a Macri, confiaron las fuentes, que todavía no decidió si se postulará en las elecciones y, en ese caso, por qué distrito lo hará. Su decisión se conocerá en junio o julio, explicaron en su sector.
En tanto, desde el entorno de Macri deslizaron que sería “antinatural” que Vidal vuelva a suelo porteño después de gobernar cuatro años las provincia de Buenos Aires y con Bullrich -aliada de Macri- en plena pelea por quedar como cabeza de lista, este año, en la Ciudad.
La preocupación por la candidatura en la provincia de Buenos Aires quizás sea por estos días el único punto de encuentro entre Macri y Carrió
En cualquier caso, la exgobernadora no descarta postularse en la CABA -para sumarse así a la larga lista de candidatos expectantes- pero también podría hacerlo en territorio bonaerense, donde ya se desató una guerra sorda entre Rodríguez Larreta, que pretende imponer en el distrito la candidatura de Santilli, contra los intendentes de PRO, con el alcalde de Vicente López Jorge Macri a la cabeza, quienes ya advirtieron que no tolerarán el salto de otro porteño al distrito electoral más poblado y complejo del país, como sucedió con Vidal en 2015.
A ese panorama hay que sumar la pata peronista de Juntos por el Cambio, que conduce el extitular de la Cámara de Diputados Emilio Monzó, quien también aspira a una candidatura propia en suelo bonaerense, apoyado por su tropa.
En este escenario, la postulación de Vidal “ordenaría la interna” -todos se alinearían detrás de ella-, analizan algunos referentes de PRO, mientras otros advierten que el objetivo debería ser “ganar las elecciones”, sin importar las internas que haya en el camino.
Vidal también evalúa otra opción, que sería no postularse, y “sobrevolar” la campaña en todo el país, apoyando a los diferentes candidatos, al mejor estilo Carrió, quien de paso avisó que en caso de ser necesario estaría dispuesta a dejar su retiro y “poner el cuerpo”, siempre que las circunstancias lo requieran.
Entre todas estas variables, y aun sin una definición firme sobre 2021, Vidal comenzó a escuchar el pedido de su sector para ensayar una candidatura presidencial para 2023, para lo cual esboza una separación incipiente del padrinazgo de Rodríguez Larreta, su principal competidor para ese puesto, salvo que Macri sorprenda con un regreso, y busque tener un “segundo tiempo”, a tono con el nombre del libro que publicó este año.