Las autoridades de la Isla convocaron a movilizarse y a “enfrentar a los elementos desestabilizadores”, como llamaron a quienes protestan. El presdiente cubano exigió que se respete “la soberanía y la autodeterminación”.
“Hay un grupo de gente, contrarevolucionaria, mercenaria pagados por el gobierno de los Estados Unidos, pagada indirectamente a través de agencias del gobierno de Estados Unidos para armar este tipo de manifestaciones”
MIGUEL DÍAZ-CANEL
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, denunció este lunes que Estados Unidos tiene “una política de asfixia económica para provocar estallidos sociales en el país”, tras las protestas contra el Gobierno que se registraron ayer en varios sectores de la Isla, tras lo cual su par de Estados Unidos, Joe Biden, le pidió “al régimen cubano” que “escuche a su pueblo”.
Díaz-Canel, quien el domingo se trasladó a San Antonio de los Baños, donde se iniciaron las protestas que luego se replicaron en varios centros urbanos de Cuba, desmintió hoy, en un mensaje transmitido por cadena nacional, haber llamado a la violencia cuando instó a la población a concentrarse en las calles para rechazar esas manifestaciones.
“Convocamos a todos los revolucionarios a salir a las calles a defender la Revolución en todos los lugares”, había afirmado ayer Díaz-Canel en una alocución televisada, tras regresar de un recorrido por San Antonio de los Baños, distante 36 kilómetros de La Habana.
“No llamamos al pueblo a enfrentar al pueblo sino que llamamos al pueblo a defender su revolución”, argumentó Díaz-Canel, y aseguró que la población se defendió ante los actos de violencia y vandalismo protagonizados por quienes iniciaron las manifestaciones.
Horas después de la reacción de Biden, su secretario de Estado, Antony Blinken, sostuvo en conferencia de prensa que Díaz-Canel se equivoca al culpar a Estados Unidos y que “sería un grave error que el régimen cubano interprete lo que está pasando en decenas de ciudades y pueblos en toda la isla como el resultado o el producto de algo que haya hecho Estados Unidos”.
“Simplemente no están escuchando las voces y la voluntad del pueblo cubano, gente profundamente, profundamente cansada de la represión que ha durado demasiado”, expuso Blinken.
El mandatario denunció que en diversas localidades de Cuba se registraron robos en tiendas locales, mientras que, en otras zonas, los manifestantes volcaron autos y lanzaron piedras contra las fuerzas del orden público, según reportó la agencia Sputnik.
En tanto, la agencia estadounidense Associated Press denunció que uno de sus camarágrafos fue agredido por un grupo al que definió como “progubernamental”, mientras que un fotógrafo de la misma agencia resultó herido por la policía y también se registraron numerosas detenciones, de acuerdo con lo reportado por la agencia ia AFP.
La manifestación originada en el poblado de San Antonio de los Baños fue replicada en numerosos puntos del país, en protesta por el impacto de la crisis económica y la pandemia de coronavirus.
Según el sitio de periodismo de datos sobre Cuba Inventario -financiado por la Universidad de Stanford-, en total, el domingo se registraron una cuarentena de manifestaciones, esparcidas en todo el territorio cubano.
En tanto, durante unas horas, a partir del mediodía de ayer, se cortó el acceso a la red 3G en gran parte del país.
Además, Díaz-Canel denunció el “doble rasero” de Estados Unidos al expresar preocupación por la situación social en la isla, mientras mantiene un bloqueo económico, financiero y comercial.
“Con doble rasero, Estados Unidos se presenta como salvador de Cuba en una situación social como ésta, cuando nos tienen bloqueados. Levántenos el bloqueo y vamos a ver cómo tocamos, cómo este pueblo avanza”, emplazó Díaz-Canel en cadena nacional a propósito de recientes disturbios en el país.
El mandatario aseguró que Washington le teme al ejemplo de Cuba, sobre todo en su enfrentamiento a la pandemia de Covid-19, pese al repunte de casos que desataron las de manifestaciones ayer.
En este sentido, el mandatario cubano señaló que su país vive una coyuntura difícil, agravada con las medidas adoptadas por Estados Unidos para asfixiar la economía cubana, y provocar un estallido que justifique una intervención humanitaria.
Ratificó además que sabe de los planes de grupos opositores dentro de la isla, a los que acusó de estar financiados desde EEUU, y que se han aprovechado de la crisis económica y el rebrote del coronavirus para incentivar sus acciones desestabilizadoras con el objetivo de provocar el derrocamiento del Gobierno en la isla.
Al poco rato de estas afimaciones de su par cubano, la Casa Blanca difundió un comunicado de Biden en el que instó a La Habana a “escuchar” a los manifestantes que exigen el fin de la “represión” y la pobreza.
“Estamos con el pueblo cubano y su claro llamado a la libertad y al rescate de las trágicas garras de la pandemia y de las décadas de represión y sufrimiento económico al que han sido sometidos por el régimen autoritario de Cuba”, dijo Biden.
“Estados Unidos pide al régimen cubano que, en lugar de enriquecerse, escuche a su pueblo y atienda sus necesidades en este momento vital”, agregó.
El Gobierno de Biden -más centrado en los problemas internos, como la lucha contra la pandemia y la aprobación de leyes sobre infraestructuras, al tiempo que se retira de Afganistán tras 20 de guerra- ha ignorado a Cuba hasta ahora.
Sin embargo, la isla tiene un peso creciente en la política estadounidense. La fuerte presencia de cubanos y de cubanoestadounidenses en Florida, uno de los estados clave para conseguir la presidencia, tiene un fuerte impacto en las elecciones.
El domingo, el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, advirtió a Cuba contra la represión de los manifestantes.
“Estados Unidos apoya la libertad de expresión y reunión en Cuba, y condenaría fuertemente cualquier uso de violencia contra manifestantes pacíficos que están ejerciendo sus derechos universales”, tuiteó.
Cuba y Estados Unidos tuvieron una breve recomposición de sus relaciones entre 2014, cuando Washington reabrió su embajada en La Habana, y 2016, cuando el entonces presidente Barack Obama visitó la isla y firmó con su par cubano, por entonces Raúl Castro, una serie de iniciativas que propiciaban un acercamiento.
No obstante, a partir de la llegada a la Casa Blanca del republicano Donald Trump todos esos avances fueron desechados.
En tanto, desde la asunción del Gobierno de Biden, que fue un actor de aquel acercamiento, las malas relaciones y el bloqueo se han mantenido sin modificaciones hasta el momento.