El ex jefe de Gabinete de Mauricio Macri, Marcos Peña, se incorporó a la campaña a diputada nacional de María Eugenia Vidal, como “asesor externo”, según accedieron a blanquear fuentes del PRO. “Marcos ya venía tirando ideas y colaborando, ahora se supo”, dijo una fuente del espacio.
Peña había pasado al ostracismo político después del fin de la gestión de Macri, trabajaba como consultor estratégico para políticos de diversos países y se había mantenido al margen de esta disputa electoral. Al menos oficialmente.
La decisión de “blanquear” su participación obedece más a una requisitoria periodística que a la voluntad del PRO y del propio Peña, que tenía la ambición personal de transformarse en una suerte de “Coti Nosiglia” del Siglo XXI, marcando el ritmo de la política desde la sombras.
En el larretismo no ven con alegría que el nombre del ex jefe de Gabinete se haya filtrado, temen que funcione como “salvavidas de plomo”, tal como le achacan al propio Macri en su apoyo fallido a Federico Angelini en Santa Fe, y a Mario Negri en Córdoba.