“Hemos construido un largo camino de justicia en estos 16 años. Lo hicimos en Neuquén, lo hicimos en todo el país y nos animamos a traspasar las fronteras de la Argentina en una red enorme de organización trabajadora, solidaria y de clase”, manifestó la viuda de Fuentealba, Sandra Rodríguez, en un acto realizado en el monumento a San Martín de la ciudad de Neuquén, tras finalizar la movilización.
Rodríguez expresó que “en este fallo histórico, sin precedentes en la Argentina y en América Latina, cumplimos con la idea de justicia completa porque ganamos en estos 16 años de militancia una condena social y política y se la ganamos a (el exgobernador Jorge) Sobisch”.
“Pudimos sacarle el velo de encubrimiento, el velo de la mentira de aquel 4 de abril. Ganamos porque la Justicia reconoció que hubo delito, que hubo un operativo de represión y muerte que ellos no lo cesaron, no lo detuvieron, que ejercieron violencia injustificada”, expresó la mujer.
Señaló que “este fallo tiene un nombre y apellido, Carlos Fuentealba, que es sin duda una reparación social para todos nosotros y nosotras que genera un nuevo nacimiento”, y agregó “este fallo es de Fuentealba, pero también es el fallo de la dignidad docente”.
En tanto, el secretario general de la Asociación de Trabajadores de la Educación de Neuquén (ATEN), Marcelo Guagliardo, indicó que “la mejor manera de honrar a Carlos Fuentealba es unidad, es solidaridad, es ninguna mezquindad”, y agregó que “eso es lo que nos trajo hasta acá después de estos 16 años largos, duros, difíciles”.
El docente destacó que “hemos construido la mayor justicia que hemos podido obtener y vamos a seguir trabajando por eso, porque la justicia completa no se termina nunca”.
“Este es un nuevo comienzo, es un nuevo relanzamiento de esa lucha que se transforma en justicia para nuestros pibes y nuestras pibas”, concluyó.
Los docentes iniciaron “La marcha de la dignidad y la memoria” pasado el mediodía. Se movilizaron desde el monumento a San Martín hasta la exruta 22, donde esperaron la llegada de los ciclistas que habían partido a la mañana desde Arroyito con la bicicleteada “Para no olvidar”, y finalmente regresaron al centro de la ciudad para realizar el acto.
Fuentealba murió por el impacto en la cabeza de una granada de gas lacrimógeno disparada por el cabo José Darío Poblete (condenado a perpetua) el 4 de abril de 2007, durante una manifestación del gremio docente en la ruta nacional 22, cerca del paraje Arroyito.
El 16 de marzo seis de los ocho policías acusados de la represión que derivó en el asesinato fueron declarados culpables de “abuso de autoridad” y “abuso de armas” por el Tribunal Penal de Neuquén.