La estimación sólo incluye lo que se hubiera gastado en forma directa por turistas y excursionistas. Por los viajes estudiantiles se perdieron otros 100 millones de dólares.
El coronavirus dejará un alto costo en uno de los sectores de más impacto en la distribución del ingreso entre regiones y entre segmentos socio-económicos: el turismo. Son alrededor de 50 mil empresas las que motorizan el sector y donde trabajan al menos 650 mil personas en relación de dependencia. Luego hay que estimarle un importante porcentaje que está en la informalidad dentro del turismo, hoteles y la gastronomía.
La pandemia arrasó con estos sectores, que advierten que el 70% de las empresas está en riesgo de cerrar, pese a la ayuda estatal del ATP y de los créditos a tasa cero para monotributistas y autónomos de la cultura, turismo y gastronomía.
En este contexto, se estima que computando lo que dejó de ingresar en los seis fines de semana largos desde marzo hasta agosto y las vacaciones de julio, la cifra asciende a $77.890 millones, de los cuales $66.347 millones corresponden a mermas por turistas y $11.543 millones por excursionistas, según datos de la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires (FEBA) y la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
En todo ese periodo se esperaban que 11,6 millones de turistas y 19,7 millones de excursionistas se desplazaran por el país. El gran impacto fue las vacaciones de invierno, que excepto unos pocos casos, la mayoría se quedó en su casa. En ese receso especial, se perdieron $41.000 millones, el 52% de la merma total del sector.
Hay que tener en cuenta que estos valores son sólo de los fines de semanas largos y vacaciones invierno, a esto se debe agregar el movimiento generado por:
Congresos y convenciones
Turismo estudiantil y educativo (estimado en 100 millones de dólares)
Turismo social (por ejemplo jubilados)
Turismo corporativo, religioso, de salud, deportivo, etc.
El golpe al sector es, a esta altura, indisimulable. Porque se le suma el movimiento de cada día y cada fin de semana, de turistas locales e internacionales, recorriendo ciudades y paisajes del país. Con el impacto multiplicativo en el comercio y en las economías regionales. El alojamiento por día y por persona, en hotelería, es el activo más perecedero.