“Es jugar con fuego. Lamento que ese fuego va a quemar a los argentinos y las argentinas de esos lugares”, expresó el primer mandatario esta mañana en una entrevista con Radio Splendid.
Desde este lunes, tanto la Ciudad de Buenos Aires, como las provincias de Mendoza y Córdoba retomaron las clases presenciales luego de los nueve días de restricciones más estrictas ordenadas por el Ejecutivo nacional, incumpliendo el DNU vigente que establece la prohibición de esta modalidad educativa en las zonas del país consideradas como de alarma o alerta epidemiológica.
La decisión de estos tres distritos de mantener las clases presenciales también fue cuestionada por el ministro de Educación nacional, Nicolás Trotta.
“Es inentendible. Se está poniendo en riesgo la salud de toda la comunidad educativa y a toda la sociedad”, dijo el titular de la cartera de Educación en diálogo con El Destape Radio.
Agregó que “lo que plantea el DNU es despartidizar cualquier discusión sobre la presencialidad” y dijo que es necesario “poner en suspenso la presencialidad frente a la situación de alarma epidemiológica con variables objetivas”.
“Córdoba tiene una tasa de incidencia peor que la de la Ciudad de Buenos Aires y Mendoza no está en zona de alarma epidemiológica, pero sí en lo que hace a la ocupación de camas”.
Esos datos objetivos, dijo el Presidente, demuestran que “no es un hecho caprichoso” del Gobierno nacional el establecer la no presencialidad en las aulas para “arruinar la vida a los cordobeses, a los porteños o a los mendocino”, sino que se basa en datos y riesgos concretos.
Al respecto, el mandatario puso como ejemplo que “en Alemania, cuando hay 150 personas cada 100.000 habitantes contagiados se suspenden las clases presenciales” y dijo: “En todos estos lugares de los que hablamos, la tasa es de 600 o 700 casos cada 100.000 habitantes, cuatro veces la tasa que marca Alemania para suspender las clases. Por eso, nosotros recomendamos suspender las clases”.
Desde la ciudad, la ministra de Educación porteña Soledad Acuña, dijo que no le interesa “confrontar con el Gobierno nacional” y ratificó la importancia que tiene para el Gobierno al que pertenece la “presencialidad”, a la que, dijo, va a “proteger y resguardar”.
En diálogo con TN desde una escuela de Recoleta y acompañada por el senador nacional Esteban Bullrich, Acuña sostuvo que la decisión es “priorizar la educación sobre otras actividades”, aún “las que la están pasando mal”.
Mientras tanto, en la Ciudad de Buenos Aires y en los otros distritos que decidieron seguir con las clases presenciales los gremios realizan distintas medidas de fuerza y protestas.
En Capital Federal, los sindicatos UTE y Ademys llevan adelante hoy un paro, que incluirá una concentración frente a la sede del Gobierno porteño en el barrio de Parque Patricios.
Al anunciar el paro que realiza, la Unión de Trabajadores de la Educación cuestionó al Gobierno de la Ciudad por “enviar nuevamente a lxs niñxs y a sus docentes a exponerse en las calles y las aulas” y dijo que “esta decisión solo se enmarca en una campaña de marketing político que el Jefe de Gobierno prioriza por encima de la salud de la comunidad educativa”.
Por su parte, el sindicato Ademys dijo que “el gobierno de Rodríguez Larreta continúa sosteniendo una política que expone a las y los trabajadores de la educación y a las familias de la comunidad educativa al contagio y a la muerte”.
En la provincia de Córdoba, en tanto, desde este lunes la educación continúa con un formato de presencialidad para los niveles especial, inicial y primario con un sistema de burbujas, que alterna semanas de concurrencia a las clases con otras virtuales.
A nivel de la enseñanza secundaria, en Córdoba retorna la presencialidad también con burbujas, salvo las ciudades con más de 30.000 habitantes, donde es virtual.
Ante este panorama, los docentes cordobeses nucleados en distintos gremios resolvieron no acatar la decisión del Gobierno provincial de retomar las clases presenciales y seguir enseñando de manera virtual.
“El sistema de salud está colapsado por los elevados niveles de contagios”, sostuvo el secretario gremial de la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba (UEPC), Oscar Ruibal, quien aclaró que la decisión de su gremio “no se trata de una medida de fuerza” sino que lo que se resolvió “es dictar clases pero con modalidad virtual, no presencial”.
A la medida de protesta se sumaron la Asociación Docentes de Enseñanza Media Especial y Superior (Ademe); el Sindicato de Docentes Privados (Sadop); la Asociación de Docentes e Investigadores Universitarios de Córdoba (Adiuc) y los docentes del Sindicato Unión Obreros y Empleados Municipales (Suoem).
Asimismo, desde el Comité en Contra de la Presencialidad Educativa, que agrupa a padres y docentes, también rechazaron la postura del Gobierno provincial y convocaron a una caravana para hoy a las 17 para expresar su disconformidad con lo dispuesto por el gobernador Juan Schiaretti.
El gobernador de Mendoza, Rodolfo Suárez, defendió “la presencialidad” en las escuelas de la provincia y afirmó que el distrito registra “los mismos picos de contagio que los lugares en los que el confinamiento es mucho más estricto y duro”, y el gremio docente de Ctera (SUTE) rechazó el regreso, pero no paralizó hoy las actividades.
Los voceros de prensa nacional de la Confederación de Trabajadores de la Educación (Ctera), que lideran Sonia Alesso y Roberto Baradel, confirmaron esta tarde a Télam que el sindicato rechaza la presencialidad en el contexto de la segunda ola de coronavirus, pero que el sindicato provincial no decidió hoy protestas.
La provincia de Mendoza, asi como la Ciudad de Buenos Aires y Córdoba reabrieron hoy las escuelas para retomar las clases presenciales, en claro desafío al Gobierno nacional y con el rechazo de los gremios docentes.
La secretaria de Acción Social del Sindicato Único de Trabajadores de la Educación de la provincia (SUTE), Laura Espeche, indicó hoy a Télam que la organización reclamó al Ejecutivo “la suspensión transitoria de la presencialidad hasta que se reduzca el contagio”.
“El gremio reclamó al Gobierno la suspensión transitoria de la presencialidad en los establecimientos escolares hasta que baje la curva de contagios”, sostuvo la dirigente.
Suárez afirmó hoy a la prensa que “la escuela no es un lugar de ultracontagio”, y explicó que pueden producirse como “en todos lados, porque se trata de una pandemia”.
Para Espeche, la situación del sistema sanitario en Mendoza “es grave”, la mayoría de los hospitales “está colapsado” y “la ocupación de las unidades de terapia intensiva supera el 90 por ciento en casi toda la provincia”, a la vez que observó que se “trasladan pacientes de un departamento a otro porque algunos centros tienen su capacidad máxima ocupada”.
“La situación es muy grave”, subrayó la dirigente sindical, quien puntualizó que “los números señalan más de mil contagios diarios en el peor momento de la pandemia”.
Sin embargo, para el gobernador “es esencial mantener las escuelas abiertas para el desarrollo de cualquier sociedad y también para el desarrollo psicológico de los chicos”.
“Si el Gobierno cierra las escuelas cuánto tiempo lo hará”, se pregunto Suárez, quien añadió que en 2020 la Argentina cometió “el grave error de hacerlo durante todo el año”.
“La educación virtual no llega a todos los chicos, ya que los sectores vulnerables tienen mucha dificultad para acceder a ese tipo de modalidad. Hay que pensar cuánto tiempo se extenderá la emergencia y se sostendrá la virtualidad. ¿Cuántos menores quedarán afuera del sistema? Es preciso hallar un equilibrio”, remarcó el mandatario provincial.
Para Espeche, la segunda ola del virus “es más agresiva y, el plan de vacunación en la actividad educativa avanza muy lentamente, ya que el 70 por ciento de los trabajadores no recibió la primera dosis de la vacuna, por lo que la presencialidad es descuidada’, aseveró.
Por su parte, el presbítero Hugo Barás, director del Instituto Nadino, una institución educativa privada dependiente de la Congregación de los Padres Josefinos de Murialdo, señaló a Télam que “los docentes de la entidad tienen opiniones diversas, ya que algunos están de acuerdo con la presencialidad y, otros, opinan que es una irresponsabilidad”.
“En lo que todos están de acuerdo es que es una falta de respeto obligar a la asistencia sin que la totalidad de los docentes hayan sido vacunados”, concluyó el sacerdote.