Con las operaciones inmobiliarias estancadas y sin capacidad de reacción de quienes representan a los martilleros, cada vez más voces colegiadas se alzan contra “la no gestión de los Eternos”. Les reclaman a estas dirigencias, que llevan décadas al frente de las organizaciones de representación, que motoricen la recuperación de la mano de la innovación.
La nueva “normalidad” impuesta por la pandemia golpea con fuerza a la economía mundial. También modifica pautas de comportamiento, rutinas de esparcimiento y la forma de consumir bienes y servicios. Claro que algunos sectores son más castigados que otros. Por ejemplo, el turismo, antes motor económico de ciudades y países enteros, no parece dar señales de recuperación. En cambio, otras actividades -de la mano de la creatividad e innovación resisten- se reposicionan y hasta crecen en estos inéditos escenarios.
Tras el cimbronazo decretado por la cuarentena, en marzo de 2020, y ante la imposibilidad de abrir las inmobiliarias ni visitar inmuebles, hubo pocas –o nulas- señales de reacción de los dirigentes del sector.
“En un abrir y cerrar de ojos la actividad quedó en pausa, a la espera de un regreso a una normalidad que nunca llegó. Muchos colegas debieron cerrar su inmobiliaria y otros subsistimos. Mientras, los Colegios de Martilleros insisten con el viejo modelo de inmobiliaria de barrio, sin aceptar que las necesidades y el perfil de los clientes de hoy cambiaron. La mayoría resuelve sus consumos o prestaciones de servicios vía on line y el escenario de pandemia profundizó esta modalidad”, dice uno de los corredores inmobiliarios, claramente en la vereda de enfrente de la eterna conducción colegial.
Adaptarse e innovar
Consultados en relación a qué camino debería tomar el sector, las voces que comienzan a juntarse para pensar nuevas respuestas, señalan al mercado español como faro. “Ellos comprendieron rápidamente que quedarse de brazos cruzados hasta que “vuelva la normalidad” no era una opción válida. Asumieron la obligación de renovarse. Todo lo contrario pasa en nuestra provincia, donde casi ningún dirigente de los 20 Colegios de Martilleros fomenta ni apoya los procesos de digitalización que dan excelentes resultados en otros países, inclusive hay ejemplos puntuales a nivel local. Al contrario, los entorpecen”.
La pregunta acerca de por qué estos dirigentes niegan el ingreso del sector a la era de la tecnología se responde con datos: La Plata tiene como presidente a Aníbal Fortuna desde hace casi 20 años; Mar del Plata a Miguel Ángel Donsini desde hace 27; Pergamino a Norberto Fabián Acerbo, desde hace 22; Lomas de Zamora a Juan Carlos Donsanto, desde hace 18; Trenque Lauquen a Carlos Alberto Prono, hace 18; y Moreno a Estela Blaser de Attwell, hace más de 10. La lista sigue, de un modo muy similar.
“Si no renovamos los procesos y estructuras, la realidad nos lleva puestos”, reclama otro corredor disconforme con el accionar de las autoridades colegiales. En tal sentido agrega que “cuando decimos innovar no hablamos de inventar la pólvora, sino de adaptar y aplicar a nuestra actividad herramientas que ya son exitosas en otros rubros. En este largo año y medio de pandemia nos preguntamos ¿qué está haciendo el Colegio para acompañarnos? ¿Qué propuestas acercaron al gobierno? Ven como nos hundimos aferrados al pasado”, dice el mismo martillero.
Quienes señalan la inacción de los Colegios de Martilleros destacan que “el modelo tradicional debe convivir con los entornos digitales y las herramientas que se potenciaron con la virtualidad”, no solamente como paliativo coyuntural, sino como senda de crecimiento y fortalecimiento del sector.